Desde ir al médico, trabajar, hacer las compras, ir al gimnasio o tomar un café con amigos... todo, a 15 minutos de tu casa. Eso es lo que plantea el concepto de la “ciudad de 15 minutos”, una idea que ya es una realidad en muchos rincones del mundo.

El creador del concepto es Carlos Moreno, un urbanista colombiano radicado en Francia, quien presentó esta visión en 2016. Su propuesta cobró fuerza cuando fue adoptada por Anne Hidalgo, alcaldesa de París, como parte clave de su plan de gobierno.


En plena pandemia, cuando muchos empezamos a redescubrir nuestros barrios, la idea resonó fuerte.


El objetivo es que cada barrio funcione como una “mini ciudad”: con escuelas, centros de salud, lugares de trabajo, espacios verdes, cultura, deporte y comercios, todo accesible caminando o en bicicleta, sin necesidad de usar el auto o el transporte público de forma diaria.

El impacto es profundo. Por ejemplo, en París se eliminaron más de 70.000 plazas de estacionamiento para dar lugar a zonas peatonales, ciclovías y plazas barriales. En Barcelona, el plan de “supermanzanas” reordena el tránsito para liberar calles y crear espacios comunitarios. Melbourne se comprometió a que el 80% de sus habitantes vivan a 20 minutos de todo lo esencial para 2050. Portland en EE.UU. y Ottawa en Canadá también incorporaron este modelo en sus planes de desarrollo urbano.

En Buenos Aires, desde 2021 se comenzó a hablar de la ciudad de 15 minutos como un eje de planificación post-pandemia. Se mejoraron bicisendas, se impulsaron nodos barriales con trámites digitales, mercados de cercanía y programas culturales descentralizados.

Los beneficios son múltiples: menos tráfico y contaminación, mejor salud mental y física, impulso a la economía local, mayor seguridad y comunidades más cohesionadas. Además, se ahorra tiempo, ese recurso tan escaso en la vida moderna.

¿Lo mejor? No hace falta demoler ciudades para lograrlo. Se trata de repensar y adaptar lo que ya tenemos, con creatividad, decisión política y participación ciudadana.

Las ciudades de 15 minutos proponen algo muy simple y poderoso: que la vida no quede lejos. Que el barrio vuelva a ser un lugar para vivir, y no solo para dormir.